Podríamos decir que la realidad, en esta vida, consiste en una serie interminable de visiones del mundo, que nosotros como humanos, compartimos o no, pero que hemos aceptado en nuestro "acuerdo colectivo" y hemos aprendido a comprender en común.
Pero, ¿qué pasa cuando la realidad duele?
Pasa que, en ocasiones, el mundo se sentirá como un espacio incierto o difícil de habitar; he ahí el porqué la importancia de aprender a sanar(nos). Durante este paso por aquí, el mundo será frío a veces; y requerirá de tu compasión para compartir calor. Y otras tantas veces, el mundo llegará con su oscuridad; y en medio del miedo, tendrás la opción de elegir abrazar la sombra, para colorearla con tu chispa interna.
Y en este y otros mundos, todo será un constante cambio. Incluyéndote a ti. Es cosa de tenerle paciencia al mismo fuego de lo incierto. Bien dicen que toda llama, ha venido a quemar lo que hay que soltar, e iluminar aquello que no hemos logrado apreciar.
Darle espacio al corazón de bajar la guardia y abrirse un poquito más. Abrirse para darse cuenta de que en realidad, nunca estuviste bajo ataque. Vivir la práctica de ser congruentes; sin "deberías" o "qué dirán"; es la única manera de honrar nuestra propia verdad.
Entonces, cuando finalmente decidas elegirte a tí, y mostrarte así, en tu verdad más cruda y bella, verás que tú y la vida, son Uno. Y jamás habrá razón para ocultarte.
À B R E T E.
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